𝗨𝗻𝗮 𝗻o𝗺𝗶𝗻𝗮 𝗺𝗶𝗹𝗹𝗼𝗻𝗮𝗿𝗶𝗮 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗿𝗲𝘀𝘂𝗹𝘁𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗰𝗮𝗱𝗮 𝘃𝗲𝘇 𝗺as pobres en la administración de Vicky Ramírez, en Yuriria.
Yuriria Gto. – La Dirección 𝙙𝙚 𝙊𝙗𝙧𝙖s 𝙋u𝙗𝙡𝙞𝙘𝙖 𝙝𝙖 𝙜𝙖𝙨𝙩𝙖𝙙𝙤 𝙢a𝙨 𝙙𝙚 2 𝙢𝙞𝙡𝙡𝙤𝙣𝙚𝙨 300 mil 𝙥𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙨𝙪𝙚𝙡𝙙𝙤𝙨; 26 personas integran la abultada nómina, desde el director hasta peones, quienes gastan mensualmente $397,000 pesos.
Lo cual resulta cuestionable e indignante, ya que la inversión total en obra pública, en lo que va de la administración, siete meses de gobierno, asciende a 𝙩𝙖𝙣 𝙨𝙤𝙡𝙤 $94,552 𝙥𝙚𝙨𝙤𝙨.
La administración que encabeza Vicky Ramírez ha gasto en siete meses casi dos millones y medio de pesos para sostener un aparato burocrático que no ha entregado ni cien mil pesos en obra tangible.
¿Cómo se justifica semejante desproporción? ¿Cómo puede hablarse de transformación, de compromiso, cuando la administración apenas ha invertido lo equivalente a una banqueta en siete meses?
Peor aún es lo que sucede en otras dependencias. Mientras el gasto crece, los resultados brillan por su ausencia:
𝙀𝙡 𝘿𝙚𝙥𝙖𝙧𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙜𝙪𝙖 𝙋𝙤𝙩𝙖𝙗𝙡𝙚 sigue sin responder a los problemas básicos de la ciudadanía: fugas constantes, presión nula, cortes prolongados. Prometieron resolverlo con voluntad, y hoy la gente sigue cargando cubetas como hace 20 años.
𝙀𝙡 𝘿𝙚𝙥𝙖𝙧𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙅𝙪𝙫𝙚𝙣𝙩𝙪𝙙 es una figura decorativa. Ningún programa relevante, ninguna actividad significativa. En un municipio con miles de jóvenes, no hay una sola iniciativa digna de mención.
𝙀𝙣 𝙋𝙧𝙚𝙙𝙞𝙖𝙡 𝙮 𝘾𝙖𝙩𝙖𝙨𝙩𝙧𝙤,, el rezago es evidente. No hay modernización, ni actualización pública de valores catastrales, ni beneficios fiscales para incentivar el pago. Solo se ve burocracia y opacidad.
𝘿𝙚𝙨𝙖𝙧𝙧𝙤𝙡𝙡𝙤 𝙐𝙧𝙗𝙖𝙣𝙤 continúa sin rumbo. No existen proyectos públicos de regularización, mejora de imagen urbana o control del crecimiento desordenado. Todo sigue igual, o peor.
𝙀𝙣 𝙋𝙡𝙖𝙣𝙚𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣, la parálisis es absoluta. Ni un plan maestro, ni estudios técnicos, ni audiencias públicas. Es un cascarón vacío, sin visión de futuro.
𝙀𝙡 𝘿𝙚𝙥𝙖𝙧𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙀𝙙𝙪𝙘𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 ha hecho apenas lo mínimo: entrega de balones, participación en honores a la bandera y convenios sin claridad con universidades. No hay impacto real, no hay estrategias a largo plazo, y persiste el rumor del despido de la actual directora. Mientras tanto, los niños y jóvenes del municipio siguen esperando una política educativa seria.
𝙀𝙡 𝘿𝙚𝙥𝙖𝙧𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝙎𝙚𝙧𝙫𝙞𝙘𝙞𝙤𝙨 𝙋𝙪́𝙗𝙡𝙞𝙘𝙤𝙨 Municipales presenta un servicio deficiente. La recolección de basura es inconsistente: no cumplen horarios, por las tardes no recogen, hay basura acumulada en las calles, y las plantas y jardines lucen secos y sin mantenimiento. Lo más preocupante es que se culpa a los ciudadanos —en especial a comerciantes que cierran después del horario de recolección—, en lugar de asumir responsabilidades y mejorar el servicio.
Y para cerrar con broche de opacidad, 𝙚𝙡 𝘿𝙚𝙥𝙖𝙧𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙙𝙚 𝘼𝙘𝙘𝙚𝙨𝙤 𝙖 𝙡𝙖 𝙄𝙣𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 ha sido sistemáticamente ineficaz. Las solicitudes ciudadanas se contestan tarde, con evasivas o directamente no se responden. Se escudan en tecnicismos y artículos legales para ocultar información que debería ser pública, bloqueando el derecho de la ciudadanía a saber en qué y cómo se gasta su dinero. Esto exige un llamado de atención urgente a las autoridades estatales, que parecen cómodas con estos comportamientos que violan principios elementales de transparencia y rendición de cuentas, lo cual ratifica que no se mide con la misma vara desde la instancia estatal, pertenecen al mismo partido.
Yuriria no necesita promesas recicladas, ni fotos maquilladas en redes sociales. Necesita resultados. Hoy, con más de 2.3 millones gastados en nómina, ejercicio hecho en un solo departamento y menos de $100 mil en obra pública, la administración actual no solo queda a deber: deja claro que el gasto no está sirviendo para unidos hacer más, sino para sostener una fantasías cada vez más dañina para los Yurirenses.