Valle de Santiago : Pueblo chico e infierno grande
Un personaje “venido de una gran escuela ”, que en la pasada campaña electoral deslumbró a los pobladores con regalos, una computadora, unos tinaco y el cuento de que era un “Ingeniero ” que prometía el progreso rápido, se transformó finalmente en la desilusión y la rabia de los más de 160 mil habitantes, quienes en menos de medio año han convertido su pueblo chico en un infierno grande, como reza el dicho popular mexicano.
Ubicado en la zona de las Siete Luminarias , y acostumbrados sus pobladores a una añeja tradición de defensa comunitaria a costa de la “misma sangre”, los Vallenses exigen la destitución del alcalde por malos manejos, engaño y amenazas.
Esta comunidad, acostumbrada históricamente a gestionar por ella misma los recursos para sus obras y a realizar boteo para realizarlas ante el abandono presupuestal eterno, advierte que dará la lucha sin regateos, en la arena política, jurídica, legislativa o más allá, para que sean respetadas sus decisiones, como ya antes lo ha hecho con las armas.
La tensión que se respira en las desoladas calles de Valle de Santiago se aviva con los días y los oídos sordos de los actuales funcionarios estatales y el cada vez más “descarado y prepotente” comportamiento de los municipales, que ya “raya en la burla”. Es un pueblo chico, pero el infierno que se aproxima es de enormes proporciones.
Además de las acusaciones por la mala administración, actitudes prepotentes y desvío de recursos de un Gobierno que ya casi termina, el enojo de los ciudadanos se potenció con una entrevista que el presidente municipal, Alejandro Alanis Chávez concedió a un medio estatal hace unos meses , en la que aseguró que el municipio podría “ser controlado fácilmente ”, al tratarse de “un pueblo de viejitos fáciles de gobernar”.